El maestro Carlos Rey ha sido impulsor del arte transformismo por más de una década, en los escenarios nocturnos de La Habana. El cabaret Las Vegas, con el proyecto Bravísimo, se ha convertido en un referente para los/as artistas transformistas, para posicionarse y ser parte de un movimiento artístico que nos lleva a su quehacer en el espectáculo como creador de espacios de participación. Director artístico de la compañía Latin Dance Ballet y de varias ediciones de la Gala contra la homofobia, ha trabajado con generaciones de transformistas, bailarines y cantantes aportando su dirección de arte y pedagogía. Ahora coordina el 1er. Seminario de apreciación artística y escénica para artistas transformistas del cual nos adelantó sus sueños y esperanzas.
¿Cómo se gestó este seminario y cuáles son los aportes que pudieran aprovechar los artistas involucrados?
El seminario se gestó fundamentalmente a partir de los propios artistas y de las necesidades que ellos plantean de manera independiente, pero que convergen casi siempre en los mismos puntos.
No encontré por dónde podía crearlo. Intenté por Hombres que tienes con otros hombres (HSH), donde yo pertenezco ahora y se lo propongo a Malú, la coordinadora de la Red Trans, porque desde sus inicios agrupó a muchos transformistas. Fue además impulsor del movimiento transformista, al menos desde los últimos ocho años en La Habana. Le dimos forma de manera sintetizada.
Vamos a estudiar teatro, dramaturgia, teatrología, maquillaje, hablar en público, todo sintetizado para poder dar las armas técnicas que deben tener los transformistas para trabajar en el escenario de manera artística. Por supuesto, cuando trabajas con rigor artístico puedes hacer una mejor prevención, conforme con una mejor promoción de salud. Se pretende que sea nacional, porque no solo los artistas, sino también las personas que dirigen los espectáculos contra la homofobia, de los premios Esperanzas. A ellos, les daremos guion, maquillaje, cómo se hace, que está mal o no. Vamos a abordarlo desde la historia para que se sepa de dónde viene y ganar en calidad, sobre todo, en herramientas técnicas.
¿Qué considera Ud. como transformismo?
El transformismo, como definición establecida, es un recurso escénico que usan los actores para transformarse fundamentalmente cambiando el sexo biológico. O sea, un actor de sexo masculino y a pedido del director, el personaje interpretar una mujer y viceversa. Eso es lo que era el transformismo, como definición.
El transformismo se ha convertido en Cuba en una manifestación artística. Al verlo, como directores y público, y en una profesión al verlo ellos. Evidentemente, se ha convertido en eso porque hay un público que lo consume y lo sigue. Y es él, el público, que ha guiado esos códigos que muchas veces no son los correctos. Aunque se haya vuelto una manifestación artística, ahora hay que darle forma para que pueda trascender del público gay, o de guien lo consume en la actualidad, para que lo consuma el gran público.
¿De este primer seminario, cuáles pudieran ser las acciones hacia el futuro?
Vamos a esperar estos tres días a ver qué pasa. Esperamos que haya al menos un cambio drástico en lo referente a la técnica escena para comenzar a trazar el futuro. Ver lo que queda mal en este seminario, lo que no funciona o no fue funcional metodológicamente. Esto sienta las bases de lo que debería suceder en una escuela para transformistas.
¿Consiste este evento la posibilidad de potenciar el arte del transformismo en todo el país?
Ese es el objetivo. Pienso que potenciar el transformismo solo en la capital e ir dejando a las provincias para el futuro es un error. Realmente población clave hay en todo el país, personas que necesitan ser orientadas, enseñadas y apoyadas está en todo el país. Malú ha sido fundamental en ello, pues que sea nacional es una de las cosas que hemos conseguido. Además las provincias quedan muchas veces rezagadas respecto a una serie de información. Una de mis propuestas es que siempre sea nacional para que todos avancemos, aunque sea un paso, juntos.
¿Cómo emparejar, en concreto, esas brechas sociales, financieras e incluso de talento que pueden haber entre las diferentes provincias y artistas de esta manifestación?
Emparejarlas logrando en las provincias lo que hicimos en La Habana, a finales del 2008 y en el 2009 que fue cuando se abrió el proyecto Bravísimo. Es decir, que se trate de institucionalizar el arte del transformismo sin mayor trascendencia.
Siempre en los espectáculos cubanos a partir de los años 50 del siglo pasado y hasta el Triunfo de la Revolución, había transformistas en los grandes espectáculos de toda índole, desde los grandes cabarets hasta en la televisión cubana, en la radio.
Solo eso, hay que institucionalizarlo en todo el país. Hay que potenciar lo que hacemos en Las Vegas en todas las provincias, en un lugar especifico, aunque no tiene que ser para una población específica, sino emplear a los transformistas que además podemos los transformistas (me siento parte de ellos, aunque no lo sea), enseñar a los artistas, ya que son personas poderosas a partir de la gente que convocamos. Reclamamos atención porque las personas nos escuchan y eso nos da de poder comunicación. Ese poder si no lo tienen los demás artistas, involucrarlos para que todos trabajemos en base a la promoción de salud. Además, lograr la inclusión del transformismo como una manifestación más empresarial, profesional de la cual se pueda vivir. Vivir de eso de manera institucionalizada y en futuro se puedan retirar con chequera, que paguen los impuestos al Estado.
Entonces, ¿esta una cuestión de derechos también?
Claro, es una cuestión de derechos que se había perdido. A veces estábamos luchando por los caminos inadecuados. Por lo menos yo me centré en el arte, porque soy artista, pero me he dado cuenta en estos años que era más amplia la potencia que podemos lograr con el transformismo en Cuba. Insisto, se hace transformismo en todas partes del mundo, pienso que el de Cuba es uno de los mejores, he tenido oportunidad de verlo en otro lugares. Indiscutiblemente, en otros países tienen más recursos pero nosotros tenemos muy buenos transformistas. Lograr una profesión y lograr derechos una vez más.
