La mañana del día 25, inició con la conferencia de la asesora regional de Juventud y Género del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), Neus Bernabeus, quien se centró en doce recomendaciones para la creación de modelos integrales de atención, a partir de la experiencia de la oficina en torno a la prevención de la violencia de género en países latinoamericanos y caribeños.
El UNFPA, dentro del sistema de la ONU, posee tres áreas de trabajo desde las cuales acompaña a los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, relacionadas con la disminución del embarazo en la adolescencia, la participación juvenil y la violencia de género.
Bernabeus reconoció durante su intervención los avances legislativos en materia de prevención de la violencia doméstica e intrafamiliar y señaló que “muy pocas naciones han avanzado en la comprensión estructural de este fenómeno, que genera consecuencias no solo en la salud y la familia, sino también en las comunidades y gobiernos.” Asimismo, señaló que en Latinoamérica y el Caribe “la violencia sexual afecta a las mujeres más jóvenes, entre 15 y 24 años.”
La erradicación de la violencia está contenida en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015, y en el compromiso de los organismos internacionales para la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, un crecimiento económico inclusivo con trabajo decente para todos, ciudades sostenibles y cambio climático, entre otros temas de interés.
Ante tales circunstancias, la asesora regional expuso algunos desafíos de la oficina como la prevención con jóvenes, el apoyo a iniciativas legales más globales y el fortalecimiento de capacidades para la atención de las víctimas de violencia de género.
Las recomendaciones, por tanto, se dirigieron a la aprobación de leyes más integrales, construcción de modelos locales de atención, intervención en el espacio educativo, sistematización del trabajo con los hombres, entre otras.
Para finalizar acotó que la violencia es un proceso continuo con distintas expresiones, contextos e intervenciones de políticas públicas y por ello constituye “primordial tener presente el modelo ecológico para la prevención”, pues este suministra una perspectiva individual, familiar y comunitaria con sus múltiples interrelaciones.
