Como ya es costumbre a nivel internacional, el 19 de octubre se celebra el Día Mundial de lucha contra el Cáncer de Mamas. Durante este mes, sensibilizar sobre la enfermedad y llamar la atención de hombres y mujeres contribuye a detectarla oportunamente, conocer acerca de los tratamientos y tener presentes los cuidados necesarios. Diversas instancias públicas, la sociedad civil y organizaciones de salud, suman esfuerzos para la realización de campañas con el objetivo de su prevención oportuna.
Esta patología es la primera causa de muerte entre las mujeres cubanas, por neoplasias o tumores malignos cuyo diagnóstico aporta como promedio 1600 nuevos casos cada año, según el Anuario Estadístico de Salud 2014. La mayor incidencia se encuentra entre los grupos etarios de 40 y 69, mientras que constituye la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 y 49, y en mayores de 80 años.
El impacto producido por el cáncer de mama, compromete la sobrevida de la mujer diagnosticada, que en el 60 por ciento de los casos supera solo los cinco años, según la misma fuente.
El peso de esta enfermedad en la vida cotidiana de las personas, estará determinado por la experiencia individual, los roles de género, acceso económico, de salud y educativo, entre otras cuestiones que lo convertirán en un drama particular, reflejo de la susceptibilidad y la reacción al cáncer de mama, según afirma la Dra.C Marta Núñez, en su artículo Hablando desde la experiencia: las mujeres cubanas de hoy y el cáncer de mama.
El cáncer de mama aparece cuando existe un crecimiento anormal en las células del tejido, muchas veces asociado a variaciones hormonales, como el aumento de estrógenos en ausencia de progesterona, fenómeno típico de los ciclos del climaterio y la menopausia.
Prevención y respuesta del Sistema de Salud
En Cuba se cuenta con un Plan Nacional Integral contra el Cáncer, mediante el cual garantiza el acceso universal y gratuito a todos los niveles de la atención sanitaria, desde la prevención hasta el diagnóstico, el tratamiento y los cuidados paliativos.
La estrategia se apoya en el sistema de atención primaria de salud que permite a los médicos ver a sus pacientes con regularidad y detectar los problemas que padecen en una fase temprana. Los pacientes que sufren de cáncer son derivados a centros especializados, donde reciben un diagnóstico y la terapia adecuada.
Vigilar la variabilidad del organismo contribuye a la prevención del cáncer de mama, sobre todo en aquellas mujeres que pasado los 30 años denoten anomalías. En paralelo, acercarse a los servicios médicos y gestionar información actualizada es un derecho de cada persona para contrarrestar las secuelas de salud y psicológicas.
Las consultas de climaterio y menopausia, facilitan una atención multidisciplinaria a la mujer madura. En el 50 por ciento de los casos diagnosticados, la edad, y no otros elementos propios de la enfermedad, constituye el único denominador común de las pacientes. Entre otros factores de riesgos se encuentran ciertos agentes genéticos que condicionan su aparición y un contexto socioambiental negativo.
Las mujeres deben insistir el cuidado de los senos, además de llevar una dieta balanceada, reducir la ingestión de bebidas alcohólicas, realizar ejercicios físicos con regularidad y sistematizar el autoexamen de mamas, especialmente, aquellas con antecedentes familiares o propios de neoplasia y las que por razones de trabajo se exponen con frecuencia a radiaciones, campos electromagnéticos o productos químicos dañinos, como pesticidas o fertilizantes.
Superar la enfermedad no depende solamente del tratamiento médico, sino también del sostén familiar o de la pareja para afrontar la nueva situación de forma positiva y creadora, al decir de la psicóloga Diana Madjori Suárez, autora del libro Personalidad, cáncer y sobrevida, quien habla además desde su experiencia como paciente diagnosticada hace 18 años.
A partir del diagnóstico se afectan la vida familiar, social y sexual por el golpe psicológico provocado debido a las asimetrías corporales que caracterizan el tratamiento quirúrgico. La intimidad, la comunicación y el disfrute propio no deben disiparse para quien necesita dar y recibir amor. por ello, el cáncer de mama lejos de una enfermedad que aniquila nuestras vidas, es un mecanismo para la supervivencia.