Hace algunas semanas publicamos en este sitio un enlace a la página web de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales para América Latina y el Caribe (ILGALAC), a propósito de la celebración en Cuba de la VI Conferencia Regional de esta organización.
Si bien la asistencia al evento -que se realizará del 6 al 10 de mayo en Varadero- tiene un costo, existen variantes que las personas con menos posibilidades económicas pueden valorar. No obstante, esta información generó inquietud en un bloguero, quien, manifestó en su bitácora que el Centro Nacional de Educación Sexual «es en parte responsable de que no haya ninguna ONG cubana de legítimo carácter LGBT».
A continuación reproducimos el mencionado comentario, disponible en la siguiente dirección electrónica: http://genealogiadelnictalope.blogspot.de/2014/02/ausente.html; publicamos también la respuesta del asesor jurídico del CENESEX, Manuel Vázquez Seijido.
Ausente
El año pasado pugné en vano por asistir a un taller de género y comunicación. Creímos que sólo interesaría a las mujeres -explicaron mis jefes, que ya habían repartido las cinco plazas correspondientes a Radio Sagua.
En enero escribí al Instituto Internacional de Periodismo José Martí para inscribirme en un postgrado del mismo tema. Envíanos tu currículo -respondió una funcionaria-. Redacté laboriosamente un compendio que incluyó mis empresas académicas –un diplomado en literatura y género, por ejemplo-, además de una lista de los artículos que he escrito en mi perseverante activismo por los derechos LGBT en Cuba. Llené dos páginas. Después de una semana sin recibir respuesta volví a dirigirme al instituto. Iba a escribirte ahora mismo –se justificó la funcionaria- para comunicarte que sólo admitieron a tres periodistas de provincia y no estás incluido. Será para otra ocasión –concluyó-. Creí ingenuamente que no me admitían por mi condición de provinciano y repliqué: “no se preocupe por el alojamiento, yo podría conseguir un sitio en La Habana”. La funcionaria, ya impaciente, me remitió una respuesta lacónica: “no podemos admitirte esta vez”. Supe más tarde que al resto de los periodistas cubanos no les demandaron ningún currículo; encima, parece que la coordinadora del postgrado nunca recibió las dos páginas mías, según alguien averiguó.
Ayer, por último, escribí a mi amigo Francisco Rodríguez Cruz, periodista y activista LGBT, para que me asesorara en el propósito de asistir a la VI Conferencia Regional de ILGA (Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales). Tienes que pertenecer a alguna de las organizaciones miembros de ILGA -me informó-. Revisé la web: en Cuba sólo CENESEX y SOCUMES figuran en la membresía. De la escuetísima comunicación de Paquito inferí entonces que CENESEX repartirá a sus edecanes los escaños cubanos en la conferencia. No creo que nadie se pueda adherir voluntariamente a CENESEX, pues no es una asociación LGBT, sino una institución del Ministerio de Salud Pública. En cuanto a SOCUMES, la tengo asumida como una dependencia de CENESEX cuya influencia no trasciende el ámbito científico, posee escasa relevancia en materia de activismo e incluso se permite contradicciones cuando alude, en su Código de Ética, a conceptos tan impugnables como “la moral” y las “debilidades sexuales”. Cuando el código de SOCUMES afirma, en su artículo segundo, que el sexólogo debe proponerse “una permanente reflexión sobre sus cualidades y limitaciones o debilidades sexuales a fin de potenciar las primeras y controlar o superar las segundas de manera que no las transmita a los pacientes/clientes o educandos”, ¿a qué alude?
Revisemos: en unos sitios no me admitieron acaso por hombre y homosexual, la ausencia de otros se la debo a mi provinciana independencia. Le dije a mi novio que tengo muy mala suerte, pero al instante rectifiqué la frivolidad de esa afirmación: es el precio que pago. Los accesos son verticales. Casi nunca se demanda competencia ni activismo ni currículo; se prefieren los avales, las cartas de recomendación, las membresías…
CENESEX, que ahora administra la presencia de los cubanos en la conferencia de ILGA, es la misma institución que hace un año y medio descartó pronunciarse acerca de la homofobia del Censo de Población y Viviendas Cuba 2012. CENESEX, que muy democráticamente enlaza este blog en su sitio web, es en parte responsable de que no haya ninguna ONG cubana de legítimo carácter LGBT. Las trans de mi remota ciudad, las que se prostituyen por unos pocos pesos, no saben que ILGA estará en Cuba el próximo mayo. Las locas silbadas y agredidas que conozco no saben nada de SOCUMES. Las que se procuran hormonas y esculpen sus propios cuerpos sin auxilio médico en los parajes marginales de Cuba, no deben nada a CENESEX. Esta es la verdad: el rol de CENESEX en función del activismo LGBT ha tendido a la tácita contención, a la moderación y a la regulación, antes que al empoderamiento.
Ya Paquito me contará los pormenores de la conferencia. Estas negativas continuas sirvieron al menos para obligarme a volver al blog. Sigo en mi atalaya, ensimismado. Hoy sólo apura que me presten una grabadora para entrevistar a Daniela, la última trans agredida en las calles de Sagua la Grande. Preparo un reportaje para enviarlo a un encuentro de género y comunicación que acogerá Camagüey. Mi novio me alienta a producirlo entre ambos, aunque sea probable que sigamos ausentes…
A quien nos escribe:
La intención no es censurar su comentario, porque nos queda claro que usted tiene todo el derecho a expresarse. Sin embargo, debido al número de personas que pueden leer su texto, considero oportuno ofrecer elementos que, desde nuestro punto de vista, contrastan con los argumentos que usted esgrime, los cuales no conozco en qué información se basan y tampoco me queda clara su veracidad.
Voy a referirme específicamente al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), porque es la institución a la que pertenezco, de la cual soy el asesor jurídico y, además, coordino las redes sociales comunitarias vinculadas al Centro.
En primer lugar: CENESEX no administra la presencia de cubanas y cubanos en la Conferencia de ILGALAC. CENESEX apoya a las redes sociales comunitarias, vinculadas a la institución, en el empeño de organizar esta Conferencia a raíz de la solicitud de ILGALAC. Esta relación entre el Centro y las redes tiene su fundamento en que ha sido CENESEX la vía utilizada para generar todo el diálogo con el resto de las entidades involucradas en la organización y apoyo al evento, interacción que es resultado del renombre de la institución y de los logros obtenidos en este tiempo, sobre todo en la ejecución de proyectos en materia de cooperación internacional.
La delegación cubana a ILGALAC se nutrirá de las redes sociales comunitarias del CENESEX, redes que precisamente se vinculan al Centro para tener apoyo institucional. Las personas que asistirán a la Conferencia serán elegidas por los grupos, no es una decisión de CENESEX, porque la institución no puede ordenar los procesos que se dan espontáneamente en las redes sociales. No sucede de esa manera porque no es nuestro método de trabajo.
En cuanto a la posibilidad de adherirse voluntariamente al CENESEX o no, debo disentir de lo que usted plantea. CENESEX se compone de personas que laboran a través de una relación jurídica formal, sin embargo, la institución generó los espacios que derivaron en las redes sociales comunitarias. De estos grupos puede formar parte cualquier persona siempre que comparta los objetivos creados en las propias redes. Por lo tanto, el hecho de adherirse o no a CENESEX resulta irrelevante para participar en ILGALAC, la cuestión radica en la pertenencia y el activismo en las redes sociales, que repito: de ellas se nutrirá la delegación cubana. Este grupo de personas participará en igualdad de condiciones con respecto a las y los participantes de otros países, e incluso en relación con las personas de Cuba que no integren esta delegación. Las y los interesados de nuestro país en asistir a la Conferencia, pueden encontrar información en la página web de ILGALAC. http://ilga-lac.org/inscripciones/
Por alguna razón que no logro entender, se nos vincula a la supuesta responsabilidad de que no exista “ninguna ONG cubana de legítimo carácter LGBT”. Habría que preguntarse qué entiende usted por “legítimo carácter LGBT”. ¿A qué se refiere con esto? ¿Se refiere a las personas que la componen, a los objetivos que persigue o a la manera en que trabaja? ¿De qué habla cuando alude que es responsabilidad del CENESEX que no existan ONGs con legítimo carácter LGBT? ¿Usted conoce la legislación vigente en nuestro país para conformar organizaciones no gubernamentales? Habría que preguntarse en qué punto entran en colisión los intentos de formar estas organizaciones con la precitada legislación. Habría que pensar muy detenidamente los elementos en los que se basó para colocarnos esa responsabilidad. Si uno se va a aventurar a imputar una responsabilidad de este tipo es importante destacar los elementos por los cuales se realiza esta imputación, digo, si estamos hablando de legitimidad. ¿Cómo cuestionar la legitimidad de algo si el cuestionamiento no es legítimo en sí mismo?
“Las trans de mi remota ciudad, las que se prostituyen por unos pocos pesos, no saben que ILGA estará en Cuba”, dice usted, y probablemente tampoco lo sepan los mineros de Moa o los azucareros de otra provincia, porque desgraciadamente no logramos llegar a todas y todos, de hecho, parte de nuestra campaña permanente, es el interés por llegar desde el punto de vista de información a todas las personas, pero desgraciadamente no lo hemos logrado aún.
“Las locas silbadas y agredidas que conozco no saben nada de SOCUMES”, agrega usted, y probablemente sea cierto. SOCUMES es una estructura de carácter científico, quizás otros y otras profesionales tampoco la conozcan. Tarea pendiente de SOCUMES, pero ¿qué relación tiene esto con su reclamo?
“Las que se procuran hormonas y esculpen sus propios cuerpos sin auxilio médico en los parajes marginales de Cuba no deben nada a CENESEX”, continúa usted. ¿Conoce que impulsada por el CENESEX, ese al que no le deben nada “las que se procuran hormonas y esculpen sus propios cuerpos sin auxilio médico en los parajes marginales de Cuba”, se creó la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales en el año 2008 por la Resolución Ministerial No. 126? ¿Conoce usted que Cuba es el único país en Latinoamérica donde se garantiza el derecho a la libre expresión sexual y autonomía sobre los cuerpos de las personas transexuales? ¿Conoce usted los derechos sexuales de estas personas? En efecto, aún existen personas que han decidido, desde su libre ejercicio de derechos disponer sobre sus cuerpos, tomar medicamentos hormonales y practicarse cirugías para modificarlos sin que medie la actuación especializada. Ello, lejos de ser una actuación encomiable, aunque no reprochable, no es lo que defendemos. Defendemos la posibilidad de que estas personas puedan acceder a una atención integral que garantice su derecho a la salud. Probablemente todas no conozcan que existe el CENESEX, pero sí una inmensa mayoría acude a las y los especialistas de esta Comisión. Este grupo de trabajo está integrado y apoyado, además, por profesionales del Derecho, que realizan un acompañamiento a estas personas para lograr luego la modificación de su nombre y género en el asiento registral relativo a su estado civil. ¿Estaba al tanto usted de esto?
¿Conoce usted que teniendo en cuenta las exigencias de las y los activistas del grupo trans, y debido al diálogo sostenido entre CENESEX y las estructuras competentes del Ministerio del Interior, se modificó el procedimiento para la confección del documento de identidad? ¿Sabe usted que en la actualidad toda persona trans puede tener la foto según su construcción identitaria relativa al género? ¿Estuvo usted al tanto de los últimos debates parlamentarios? ¿Conoce las modificaciones realizadas a nuestro Código de Trabajo? Debido al accionar de Mariela Castro Espín, Diputada a la Asamblea Nacional y directora del CENESEX, se introdujo un principio fundamental relacionado con la “no discriminación por orientación sexual e identidad de género”; y esta propuesta de nuestra directora, más que una expresión de su personal activismo, se convirtió en depositaria de otro de los reclamos de las y los integrantes de las redes sociales comunitarias, esas personas que elegirán a las y los asistentes de la delegación cubana a ILGALAC.
Ahora le digo, frente a su verdad, esta es la mía: sinceramente no desearía extraerlo de su atalaya, e incluso lo exhortaría a mantenerse en su blog, pero no ensimismado; le recomendaría que lo hiciera desde el vínculo real con las personas que forman parte del activismo LGBT del cual tanto habla. No creo que desde su pretendido ensimismamiento logre ser portador de una posición realmente imbuida de cómo sentimos los y las activistas por los derechos sexuales. Dudo mucho que, desde esta posición ermitaña, tenga usted toda la verdad en la mano para calificar el rol del CENESEX. Le invitamos a acercarse, e incluso a invitar a Daniela, luego de entrevistarla, para que venga, nos cuente y confíe en nosotros como tantas y tantos.
Manuel Vázquez Seijido