Varios personajes (a)típicos confluyen en esta cinta holandesa dirigida en 2011 por Job Gosschalk : Martín, un gay maduro que anhela una pareja con todas las de la ley, al conocer a un joven ambiguo quien, sin embargo, solo desea encuentros de ocasión, sin ataduras; Molly, la hermana del primero, indecisa también entre dos hombres, uno que la engaña, el otro que la respeta, y a quienes parece amar con semejante pasión; una amiga de la familia, ya también entradita en años, quien vive su soltería con un digno sentido del humor…
Todos arman la coralidad de Time to spare (algo así como Tiempo de sobra), comedia agridulce o drama cómico a la vez divertido y sensible que invita a reflexionar lo que desde su título sugiere: a veces la vida es suficiente siempre que se emplee bien, pero nos aferramos a clichés y convenciones que nos impiden disfrutarla y explor(t)arla a plenitud. La soledad, el miedo a tomar determinados caminos, la sexualidad, la familia, la amistad, la autenticidad, son cuerdas que pulsa el realizador, quien logra balancear gravedad y ligereza con precisa mano, trabajando sobre un guión ágil e ingeniosamente escrito, con diálogos que rebozan agudeza y caracterizan per se a los personajes; para ello se auxilia también de un montaje dinámico, una fotografía luminosa y expansiva, que parece reafirmar la joie de vivre que trata de celebrar el filme desde sus fotogramas iniciales, aun cuando una enfermedad terminal acecha a uno de los seres que transitan por su historia.
Gosschalk aborda el erotismo con una naturalidad que encanta; los caracteres emiten sus conflictos desde sí mismos y las interrelaciones con los otros, mas siempre se nos advierte que los problemas no están en las tendencias sino en la manera con que sus portadores las asumen, lo cual en definitiva termina (y empieza) siendo más un conflicto de tipo ontológico que sexual, de ahí la buena vibra que sacude al espectador mientras se deja llevar por los accidentes de la trama.
Actuaciones excepcionales coronan el filme: Paul de Leeuw proyecta su cuarentón maduro que no logra ser feliz sin “encadenar” el amor, y lo hace con simpatía y ductilidad; Karina Smulders logra dimensionar la joven enferma y confusa con toda la vitalidad que exigía el personaje; Teun Luijkx perfila uno de los más ricos caracteres de la historia con su mezcla de sano cinismo y actitud pragmática ante todo; el resto de sus colegas no desdicen en lo absoluto esos elevados desempeños.
Filme inteligente y motivador, Time to spare será otra oportunidad de reflexionar y debatir muy cercanos al Día de los enamorados.