La Habana, 18 jun.- La sexualidad en personas con discapacidades y la prostitución masculina en Cuba animaron la polémica entre más de una treintena de asistentes a la premier cubana de «Habana muda» (2011), en la cuarta edición del cine debate Equilátero.
La cinta, un documental del francés Eric Brach, cuenta tres años de la vida de El Chino, un joven sordomudo emigrado a la capital cubana desde la central provincia de Sancti Spiritus en busca de mejorar la vida de su familia.
Para mantener a su esposa -también sordomuda- y dos hijos en su provincia natal, El Chino ejerce varios oficios, entre ellos el de la prostitución, con la anuencia de su pareja. Su cliente es un hombre mexicano, que le promete, además, cumplir su sueño de llevarlo a vivir al país azteca.
La historia narrada en la obra tributa a las polémicas que aspira a crear el espacio, liderado por el profesor universitario Rubens Riol y que sesiona en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana. Su principal objetivo es analizar temas sobre la diversidad cultural a través de audiovisuales.
Riol confesó, la víspera, que seleccionó la cinta de Brach porque representa una «otredad construida desde un personaje «sordomundo, bisexual, y cubano, que practica el sexo transaccional para vivir».
Estos rostros de la realidad nacional no «aparecen con frecuencia» en la agenda de los medios masivos de comunicación de la nación caribeña, acotó.
Mientras, Irena (su apellido bajo reserva), una estudiante de San Gerónimo que asistió a Equilátero, se sorprendió con que «la esposa aceptara la bisexualidad de El Chino».
Por su parte, Brach, presente en el debate, aseguró que la orientación sexual del protagonista del documental se naturalizó como un «tercer trabajo, al igual que hacer pizzas o criar animales para sobrevivir».
«En Cuba, oyes hablar de prostitutas no de prostitutos», aseguró la periodista cubana Ailyn Martín. «Necesitamos hablar de eso. Es fundamental que la visión de un extranjero no sea la única», puntualizó.
En el país, se penalizan algunos delitos asociados a la prostitución como el proxenetismo.
Para otras personas asistentes, como la bibliotecaria Dianelis, el aporte del documental está en presentarnos a una familia no tradicional. «La familia está incluyendo a personas que están creando otra dinámica», señaló.
En este sentido, Cuba está inmersa desde hace dos décadas en la reformulación del Código de Familia, vigente desde 1975. Esta propuesta, impulsada por organizaciones como la no gubernamental Federación de Mujeres Cubanas, incluye la legalización de la unión entre personas del mismo sexo, pero aún el parlamento cubano no la analiza.
Por otra parte, el estatal Centro Nacional de Educación Sexual encauza una campaña por el respeto a la diversidad sexual, que desde 2008 incluye la celebración anual de la Jornada Cubana contra la Homofobia, un programa educativo con motivo al 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.
Riol resaltó, además, «la manera en que el realizador resuelve los diálogos mediante ese mundo de señas en el que viven los protagonistas».
«Brach aporta una nota, que no estamos acostumbrados a ver en ninguna película ni documental ni de ficción ni de dibujos animados», aclaró el crítico, que aludió a menciones en spots de la televisión cubana como esfuerzos «muy pequeñitos (para visualizar) la comunidad sordomuda».
Por las semejanzas
«El Chino no es mejor ni peor que yo porque haya vendido su cuerpo, porque haya besado a su mujer después de haber besado a un extranjero», sentenció Dianelis.
Para Riol, «ese es el espíritu» de Equilátero, un espacio que tiene «el ánimo de incluir y no de juzgar sin entender que los comportamientos no son malos ni buenos per sé…, solo existen».
Según Pablo (su apellido bajo reserva), estudiante de tercer año de la carrera de Preservación y Gestión del Patrimonio Histórico Cultural, esta es una cita «muy importante para el diálogo que la ciudadanía cubana está buscando» sobre el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.
«Aquí se levantan voces desde un espacio universitario, con un pensamiento racional. Pero ese pensamiento no está ajeno a la realidad, sino en un debate constante sobre la sociedad y cómo transformarla desde la cultura», continuó.
Equilátero se suma a esfuerzos como el Cine Club Diferente, encabezado desde hace cinco años por el crítico cubano Frank Padrón, sobre temas de diversidad sexual.
Su propuesta se resume en la idea de que «no existen los otros, sino nos(otros)» y tiene como sello gráfico un rehilete con aspas de celuloide.
Entre los asuntos que pretende visibilizar dentro de la diversidad están las feminidades, la afrodescendecia, las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales, entre otros que legitimen la pluralidad cultural.
Riol aseveró que incluirá, además, obras del cine cubano documental y de ficción en próximas sesiones.
Para el mes de julio, Equilátero anuncia la exhibición de la película española «El sexo de los ángeles» (2011).
Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Oficina del Historiador de la Ciudad, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la Casa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la Muestra Joven ICAIC, la Muestra Itinerante de Cine
del Caribe, la Alianza Francesa de Cuba y la Asociación Hermanos Saíz. (2013)
Tomado de IPS