El artista estadounidense Andrés Serrano (Nueva York, 15 de agosto de 1950) llegó a La Habana como invitado de la 11na. Bienal, para mostrar una parte de su obra, aún expuesta en la Fototeca de Cuba.
La exposición está integrada por una selección de algunas de sus series, entre las que destaca Una historia del sexo (1997), en la que el artista  pone su mirada en personas cuyas sexualidades suelen ser invisibles en nuestras sociedades. Las fotos ponen rostro y nombre a personas cuyas prácticas sexuales son catalogadas como aberraciones y son censuradas también por el arte (sadomasoquismo, ondinismo o lluvia dorada —cuando la excitación sexual se produce con el uso de la orina—, y el fisting —consiste en insertar el puño en la vagina o el recto), a personas con discapacidades físicas, de la tercera edad, transgénero, parejas del mismo sexo…
Serrano se define como artista conceptual y prefiere calificar su obra como fuerte, antes que llamarla controversial.
Pero Serrano, hijo de una cubana emigrada a Estados Unidos a fines de la década de los 40’s del pasado siglo y un marinero hondureño, vino a reencontrarse con sus raíces, para lo que prepara una serie de retratos de cubanas y cubanos. Desde personas famosas como la cantante Omara Portuondo, el actor Jorge Perugorría y el escritor Jaime Sarusky, hasta gente de a pie, han quedado registradas por el lente de este artista.

Comparto con ustedes esta brevísima conversación, que tuvimos luego de que fotografiara a Mariela Castro Espín, directora del CENESEX, en un estudio improvisado con este fin en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, de la capital.
¿Por qué trabajar el tema de las sexualidades en su obra?
—Había hecho trabajos sobre la religión, la pobreza, el racismo y el Ku Klux Klan, (agrupación ultrarreaccionaria que propone la supremacía racial de los blancos)… Me di cuenta que no había hecho nada sobre el sexo e hice estas fotos, que forman parte de la serie Una historia del sexo.
Sin embargo, registra sexualidades de las que habitualmente no se habla, que son censuradas, ¿qué lo motiva?
—Yo tengo un problema cuando hago fotos que son solo bellas, sin sustancia o algo más fuerte. No es que siempre tengan que serlo. Pero, de vez en cuando, tienen que motivar.
Con este tema podía hacer desnudos de muchachas y muchachos como los clásicos que vemos en películas, porque hubiera sido algo viejo. Tenía que ser más fuerte.
Por esta razón, Serrano ha sido criticado, denunciado… ¿también censurado? ¿De qué manera?
—Más o menos. La censura para mí es que los museos estadounidenses no ponen mi obra en sus exposiciones. He tenido como 10 retrospectivas en Europa, en los últimos 10 años: Moscú, Francia, España, Holanda… Pero en Estados Unidos, una sola exposición de mi trabajo, hace 20 años.

Convoca a mujeres y hombres cubanos para una nueva serie ¿Por qué incluir a Mariela Castro Espín en este listado?
—Porque conozco y admiro su trabajo en Cuba. Creo que Mariela respondió a mi convocatoria de la misma manera en que conocidos y desconocidos lo han hecho, porque entienden que es algo sincero y que lo único que quiero es tomar la mejor foto que pueda.