El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, que fue suscrito por 179 países, en 1994; colocó, en el centro de su agenda, el tema de los derechos reproductivos y la salud reproductiva, permitiendo que se lograran avances significativos en la reducción de la mortalidad materna, en la atención de la violencia basada en género y en el establecimiento de programas específicos de VIH. Sin embargo, en la educación integral de la sexualidad, aún nos queda mucho por hacer.
Es importante resaltar que a dos años del plazo del cumplimiento de los primeros 20 años del compromiso de El Cairo, la Asamblea de las Naciones Unidas decidió prorrogar el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo más allá de 2014, así como las medidas claves para su ejecución.
Con base en lo anterior, este año en Nueva York, la Resolución aprobada durante la 45 sesión de la Comisión de Población y Desarrollo exhortó a los gobiernos a que, con la plena participación de las y los jóvenes y con el apoyo de la comunidad internacional, presten atención a la provisión de los servicios de salud reproductiva, la información y la educación que las y los jóvenes necesitan, con pleno respeto a su privacidad, a la confidencialidad y sin discriminación.
Hoy en día la maternidad temprana, la necesidad insatisfecha de planificación familiar, la persistencia de la mortalidad materna por causas prevenibles, y la tendencia al incremento de las ITS, incluido el VIH/sida, son problemáticas que se asocian a las marcadas desigualdades sociales y a la complejidad de la pobreza que afecta a América Latina y el Caribe y que limitan el acceso a la educación integral de la sexualidad y a los servicios de una sexual y reproductiva de calidad.
En 2010, el Relator especial sobre el derecho a la educación de Naciones Unidas planteó que los estándares internacionales sobre derechos humanos reconocen claramente el derecho humano a la educación sexual integral, que resulta indivisible del derecho a la educación, y es clave para el efectivo disfrute de los derechos a la vida, a la salud, a la información y la no discriminación.
Para el UNFPA, apoyar los esfuerzos de los países para proveer una educación integral en sexualidad es una prioridad y forma parte de nuestros objetivos institucionales.
Como educadora, tengo la firme convicción de que la educación integral en sexualidad va de la mano con una transformación educativa, que debe ser basada en una plataforma de derechos y, además, es necesario fortalecer la coordinación entre los sectores de salud y educación.
Asimismo, esta Reunión de expertos y expertas, muestra la convicción de que la educación integral de la sexualidad trasciende al sistema formal, e incluye a otras instituciones, organizaciones y actores sociales que participan desde las vías no formales, informales y comunitarias, así como desde los medios de comunicación.
Con los resultados de este encuentro, esperamos contribuir, junto los y las colegas de agencias hermanas, como OPS, UNESCO, ONUSIDA, a nuestros socios estratégicos, a ustedes expertos y expertas, a los esfuerzos de la región por cumplir con los compromisos de la Declaración Prevenir con educación, de Ministros de Educación y Salud, de México, 2008.
Finalmente, deseamos agradecer la iniciativa del gobierno de Cuba, a través del CENESEX. Para el UNFPA es una gran satisfacción poder compartir junto a ustedes esta iniciativa.
Les deseo el mejor de los éxitos en estos días de trabajo. Muchas gracias.